UNA PELIGROSA OLA POPULISTA-TOTALITARIA NOS
AMENAZA
Un FANTASMA que parecía agotado,
desprestigiado, moribundo y sin perspectivas de ganar adeptos , recorre
impunemente nuestro continente, es decir, el hemisferio de las Américas, sin
que aún haya tenido una respuesta valedera de nuestra parte, una acción que
envíe a este FANTASMA definitivamente a su tumba. Este FANTASMA se llama
TOTALITARISMO y comenzó en el Caribe y se extendió hacia el Sur y ahora,
incluso, amenaza muy seriamente de penetrar el NORTE, el cual creíamos
firmemente democrático.
Este FANTASMA se sabe metamorfosear muy
bien, cambia de colores como el camaleón, sabe jugar con nuestras debilidades y
atacar nuestras partes más vulnerables. Aunque es muy violento y fiero, se hace
pasar por cándido, inocente y amoroso.
Por
estas razones este trabajo pretende ser una alerta Interamericana, que desde un análisis de la historia, la sociologia y la politica continental,
descubramos el serio peligro actual al que estamos enfrentados como individuos,
grupos , clases sociales y como naciones que aspiramos a una existencia plena,
en todos los sentidos probables y deseables, de nuestra condición humana.
Sabemos que la via totalitaria permite, y asi lo ha
demostrado la historia política universal, se ha nutrido de personas narcisistas, ambiciosas,
inescrupulosas y amantes de tener poder
absoluto sobre las personas y las cosas, personas que han accedido al poder absoluto y de por vida, en contubernio con una casta military, corrupta y sin principios, afín a los intereses de hegemonía absoluta
del grupo ideológico totalitario o de aspirantes a totalitarios.
La herencia
colonial y el Totalitarismo
El desastroso legado politico, social, económico y
estructural que nos dejara el colonialismo medieval e inquisidor que lideraran España y
Portugal, en las tierras de América, no ha podido ser superado con el paso del tiempo, pese algunos
avances, que a sangre y fuego, se han producido en algunos lugares de America
Latina.
El colonialismo
de los imperios ibéricos nos inculcó el autoritarismo, el militarismo, la
exclusión social, el dogmatismo, la intolerancia,la ideologia de supremacia racial, la veneración
a los déspotas oligárquicos, el aceptar
con reverencias y agradecimiento las migajas provenientes de quiénes niegan
nuestros derechos como personas y aplastan nuestras vidas, mientras se dedican
demagogicamente a utilizar un discurso “benevolente” y catequizador hacia los
oprimidos, aunque la práctica cotidiana sea todo lo contrario, sólo pura
retórica.
Los ibéricos nos convirtieron en pueblos tolerantes con la anti-democracia y los dictadores, los populistas autoritarios
y hasta con los totalitarios y aspirantes a totalitarios .Todas estas razones
coadyuvaron decisivamente a que nos fuera arrebatada nuestra condición humana,
tanto la individual como la de grupo, y
nos convirtiéramos en “masa”, en las llamadas
“masas populares” leáse como masas de indios aborígenes, masas de
afrolatinos (negros y mulatos), masas de mestizos, masas de trabajadores, etc
América Latina pudiera tener el Premio Internacional en tener
más dictadores y hombres fuertes en el poder que ningún otro continente. Decenas
y decenas de dictadores militares y” civiles”categorizados como “hombres fuertes”
con poderes omnímodos o cuasi omnímodos,nos han impuesto sus dictados
personales auto vendiénsose como Salvadores
de la Patria y la Nación. Lideres
populistas, semipopulistas, puramente militares y socialistas, así como otros muchos
muy dificiles de encajar entre la civilidad y la dictadura.
Hasta la mayoria de los venerados próceres de
la independencia contra las potencias ibéricas, (España y Portugal) se
autoproclamaban caudillos, es decir, dictadores, ellos simplemente actuaban,
pensaban , gobernaban y seguían los mismos patrones oligárquicos,
plutocráticos, social exclusionista y racial supremacista, tal como lo habían
hecho como antiguos funcionarios de las
monarquías coloniales a las que ellos habían combatido.
El propio Simón Bolívar, el primer Caudillo
o Dictador de América Latina, abiertamente confesó, sin ningún pudor, que la democracia no encajaba para las masas
de hispanoamérica, y que esta región del mundo, no estaba preparada para la
democracia (en referencia a los Estados Unidos de entonces, que no eran, por
cierto, un ejemplo de verdadera democracia. Y subrayó “El Libertador”, que ha
Cuba había que dejarla bajo el
colonialismo español, y no ayudarla en sus esfuerzos de independencia, pues
podía convertirse en otra Haití, algo que Bolivar no deseaba, por su abierta y
enajenada adhesión a la ideologia racista de supremacia racial y sus profundos
prejuicios e ideología anti-democráticas.
El
Totalitarismo y sus manifestaciones principales
Vale decir que el
Totalitarismo es un sistema, un todo, una unicidad, que no puede ser separada
de su esencia. Es por ello que no existe Totalitarismo bueno, Totalitarismo
malo, Totalitarismo religioso, Totalitarismo de derecha o Totalitarismo de
izquierda. El sistema totalitario desde todos los puntos de vista se manifiesta
siempre de forma similar. Una estructura social es Totalitaria o simplemente no
lo es. Las diferencias son casuísticas y de énfasis dentro del discurso del
Poder Totalitario.
Lo que hace
visible al Totalitarismo es su ideología sectaria, intolerante y violenta. Algo
así como que el que no está conmigo está
contra mi y todo el mundo tiene que estar conmigo porque yo soy el portador de
una verdad mística. El Estado ejerce todo el poder, el económico, el
político, el social, el cultural, el jurídico, el ideológico sin ningún
parámetro restrictivo y sin ninguna división, la única diferencia con los
regímenes autocráticos y de monarquía absoluta, es que los sistemas
totalitarios están dirigidos por un partido político que siendo único o no, se
comporta como el dueño de la sociedad en su conjunto.
Los sistemas
totalitarios como norma, exaltan la figura de uno o varios individuos ,casi
siempre uno sólo. Quien posee facultades y poderes ilimitados e incuestionados
que alcanzan a toda la sociedad hasta en los más mínimos detalles y obligan a
todo el pueblo, la masa amorfa, a cumplir los designios de este superlíder a
quien se le atribuyen dotes naturales excepcionales casi comparadas a la de un
Extraterrestre o de un enviado del Cielo.
Otra de las
características es la intensa propaganda estatal a través de todos los medios
de difusión controlados por el gobierno. De esa suerte, la radio, el cine, la
televisión, la prensa escrita, las vallas anunciadoras, el teatro, la danza, la
música, la enseñanza a todos los niveles, en fin, todo que supeditado,
controlado y moldeado por el Estado absolutista totalitario. Junto a esta
intensa propaganda se le une un estricto y policíaco control de la sociedad a
través de las organizaciones populares adictas al régimen que son creadas para
intimidar a toda la población y la estatización totalitaria que se hace de los
sindicatos, las organizaciones femeninas, las organizaciones estudiantiles y
juveniles, los gremios de artistas, intelectuales, periodistas y profesionales
de cualquier rama.
El Totalitarismo
no es una forma de gobierno sino una estructura de poder piramidal no
democrática contraria a la libertad y el reconomiento individual de las
personas , contraria a los internacionalmente reconocidos derechos humanos.
Este desconocimiento a la persona humana, sus derechos y dignidad convierte al
individuo en siervo de los caprichos, designios, arbitrariedades o sueños y
deseos personales del Gran Líder y su grupo de íntimos.
Para el
Totalitarismo, la Supremacía del Estado por sobre todas las cosas, no es más
que la supremacía y del líder por sobre
todas las cosas. El líder deviene en Soberano y la soberanía del país viene
ligada a las decisiones del Soberano en Jefe, Generalísimo, Gran Timonel, Guia,
o cualquier otro sobrenombre espectacular que le den al gran jefe totalitario.
El absolutismo
totalitarista propaga una ideología antipersona, en tanto en cuanto, supone la
negación del individuo y su libre albedrío como ser humano, como ente único en
la tierra, como miembro de una familia y un grupo familiar y social en donde se
hizo posible su existencia. El Totalitarismo es antipersona al considerar al
individuo un instrumento del Estado que debe cumplir las funciones sociales que
le dicta el Estado. Esa persona convertida en masa no puede ser objetivamente
un ser con intereses propios, ideas propias, sueños propios, metas e ilusiones
propias.
Esta total
subordinación del individuo al Estado, hecha de forma forzada y bajo el temor a
ser reprimido, sea este abierto o encubierto, le permite al Soberano y al
Estado ejercer un control total de cada cosa que ocurre en el país, y sobre
todo, el mantener a la sociedad en un completo estado de enajenación, dualidad
moral, resistencia pasiva y en la
mayoría de los casos, vivir sometidos a una triste conformidad depauperante.
Los sistemas
totalitarios no se cansan de venderse como democracias de otro tipo,
democracias de contenido social y de democracias para los pobres. Parecen no
recordar o simplemente olvidar que Hitler, Stalin, PolPot, Kim Il Sung, Herber
Hoxa, Mao Tse Tung, Trujillo, Franco, Pinochet, Ceaucescu, Mobutu, Stroessner y
otros muchos totalitarios han tenido similares discursos y han expresado ese
gran odio hacia la igualdad y las libertades políticas que hoy siguen teniendo
los actuales y aspirantes a sistemas totalitarios.
Los totalitarios
se compararan vehementemente con las democracias liberales, a las que les critican todos los fallos que puedan tener
esos sistemas, pero ningún Estado totalitario ha logrado desarrollar económica,
social, cultural, educacional ,humana y jurídicamente a sus pueblos, como lo
han logrado países democráticos
liberales como Suecia, Canadá, Japón, Australia, Noruega, Suiza, Corea del Sur
o Nueva Zelanda, Bélgica, Holanda, por sólo mencionar algunos países. Ni
tampoco las potencias económicamente más
desarrolladas de las sociedades
totalitarias, han podido, ni soñando,
darle a sus pueblos el bienestar social y armonía humana integral que
han alcanzado esos pueblos que he mencionado.
La arbitrariedad
jurídica es parte esencial de los países con sistemas totalitarios. Esos países
tienden a tener muchas leyes controladoras, incluso leyes que jamás se cumplen
o que nadie conoce, pero lo más importante es que no existe el Derecho. Las hegemonías totalitarias tienen una
peculiar concepción del Derecho, pues para ellos sólo vale y cuenta lo que el
Estado le otorga, le da, a las personas. Eso quiere decir que los individuos
carecen de derechos y que no tienen otro que no sea el que les otorga el Estado
benefactor totalitario.
Los individuos,
en la práctica no poseen mecanismo alguno para increpar, demandar, exigir,
criticar o simplemente presionar al Estado, pues ese mismo Estado controla
todo. Las leyes, los tribunales, los jueces, los fiscales, los abogados, las
instituciones que se pudieran demandar o exigirle algo, controla el Parlamento,
los parlamentarios, en fin, el individuo, convertido en masa, carece de
derechos y mecanismos legales. Incluso las personas al no tener derechos tienen
que resignarse a sufrir leyes que las normas jurídicas internacionales han
prohibido, tanto en materia penal como laboral.
Por lo antes
dicho se ve a simple vista que en los estados totalitarios el individuo está
completamente a merced del Estado represivo y de los intereses del Gran Jefe y
los miembros de su circuito cerrado. Estos estados por tanto, carecen de todo
tipo de transparencia, todo se convierte en Secreto de Estado, hasta lo más
mínimo, y todo siempre parece amenazar la solidez de la estructura totalitaria.
Por esa razón el sostén de las estructuras totalitarias son el ejército, la
policía, los cuerpos represivos especiales de la policía política así como las
organizaciones partidistas que crean para encubrir crímenes, coerciones y
asaltos físicos contra los ciudadanos que ellos consideran pueden
desestabilizar su orden totalitario.
Otra
característica de la legalidad totalitaria es la impunidad con que el Estado
realiza cualquier barbaridad contra las masas, sobre todo, aquellos reputados
de opositores. Las leyes son crueles, excesivas y se aplican casuísticamente.
Un mismo hecho que puede conducir a la pena de muerte de alguien, aunque fuere
un hecho insignificante, para otros, ese mismo hecho, puede ser considerado prácticamente nada o
hasta ser convertido en un chiste.
Esta impunidad y
arbitrariedad legal es posible debido a la no existencia de Derecho en los
estados totalitarios y la forma en que la estructura del sistema se comporta.
Otra forma de
dominar y controlar a los pueblos bajo su férula, los estados
totalitarios en lugar de crear libertades cívicas y una legalidad transparente,
propician el libertinaje. Esta fórmula libertina busca la enajenación , el conformismo y la
resignación entre el pueblo. Este libertinaje
propiciado por el Estado tiene como objetivo el fomentar la confusión
social a través de un falso concepto de libertad.
El libertinaje totalitario es una especie de Circo Romano el cual fomenta la vulgaridad, el irrespeto
entre los habitantes, el sexismo más absolute e incontrolado, la tolerancia a
todo tipo de vicios, la falta de valores
humanos , el desprecio hacia las religiones bajo una apariencia de tolerarlas,
la envidia, la delación y echar a pelear
a las personas por cosas tan básicas como un plato de comida. Este libertinaje
convierte o en bestias a los seguidores del regimen a
quienes se les estimula a ganar méritos politicos abusando físicamente o contemplando sin
alterarse, el abuso represivo y sangriento contra opositores,disidentes o
personas que expresan un pensamiento crítico sobre el sistema.
La experiencia
histórica ha demostrado que el Totalitarismo produce inseguridad ciudadana , domesticación social, vulnerabilidad poblacional, mutilación cívica,
violencia social desmedida, arbitrariedad jurídica, temor permanente en la
sociedad, dualidad moral, falta de iniciativa dentro de la gente, conformidad
escapista, militarización obligada de las masas, fractura de la razón y en la
manera de percibir y descifrar la vida y los acontecimientos sociales.
Otras esferas de
dominio totalitario son la prensa, cultura, el deporte y la intelectualidad.
Estas áreas son pura fachadas. La prensa sólo puede repetir el pensamiento
oficial y criticar o señalar lo que el Partido gobernante decide que puede o se
debe hacer. Lo mismo pasa con escritores, dramaturgos, ensayistas,
historiadores, músicos y coreógrafos. Sus obras tienen que estar dentro del
sistema totalitario, abrazando las ideas míticas y místicas de los salvadores
de la Patria, es decir, el Supremo líder, en primer lugar y su círculo de íntimos quiénes repiten y
vociferan las ideas y pensamientos del Supremo líder.
En los deportes,
las facultades físicas y talentos de los hombres y mujeres que se destacan por
sus condiciones y sacrificios diarios, son completamente secuestrados por el
Estado, que utiliza a estos atletas como gladiadores del Circo Romano. Ellos
son parte y las mayores víctimas de una política que les niega su
individualidad como atletas y los convierte en agradecidos del sistema por ser lo que son. No son sus facultades
personales y sacrificios los que lo hacen a ellos grandes, sino la benevolencia
del Estado totalitario que les permitió ser deportistas. Por tanto la gloria es
del Estado nunca del atleta.
Los deportistas
como los músicos son los principales vehículos y protagonistas de la política totalitaria de libertinaje y circo para las masas.
Esta política está concebida y calculada
para sumir a las masas ya alienadas en un permanente círculo de falta de
aspiraciones políticas, económicas, sociales y libertarias, consumiendo su
tiempo de vida en actividades
libertinas, bailando y observando a los atletas en sus diferentes
competiciones.
Debemos evitar la
expansión del Totalitarismo proveniente del Caribe y Suramérica , haciendo un
frente común contra este mal que vienen utilizan demagogos ambiciosos, inescrupulosos
y deseosos de poder ilimitado y de por vida.
Debemos también mirar con cuidado y estar muy atentos a las acciones ultraderechistas ,
nacionalistas y en extremo conservadoras, del grupo denominado Tea Party,
quiénes de forma anti histórica, anti constitucional, irresponsable y anti
democrática, pretenden imponer por la fuerza, dentro del Congreso de los Estado
Unidos sus criterios políticos, económicos, sociales e ideológicos, aunque el
pueblo norteamericano no los haya elegido
para dirigir el gobierno de la nación.No afirmo que el Tea Party sea
totalitario, pero sí me preocupan sus acciones presentes y lo que pueda en un
futuro ocurrir con un grupo político con semejantes métodos.
Podemos
identificar las relaciones internacionales de los países totalitarios con
relativa facilidad, ellos establecen firmes alianzas y compromisos políticos
con aquellos países gobernados por camarillas antidemocráticas, dictatoriales o
semi dictatoriales, sean estas de sectarismo religioso , completamente
barbáricas o simplemente antioccidentales o antinorteamericanas. Al mismo
tiempo desarrollan vínculos muy oscuros con organizaciones que pudieran ser
calificadas como terroristas, con otras
de sucio y violento comportamiento y también con grupos y organizaciones
simplemente aliadas al narcotráfico. Algunos estados totalitarios están a punto
de ser reputados internacionalmente como narco estados.
Ojalá que esta
ola totalitaria, que este Fantasma que
recorre América Latina , que naciera en Cuba hace 54 años y que sacude hoy a
Venezuela de forma dramática, ridícula y absurda al mismo tiempo no continúe
con su expansión sino que vaya a su autodestrucción. Desgraciadamente el
Fantasma todavía hoy respira en Bolivia,
Ecuador y Nicaragua. Una de las cosas que debemos estimular es la crítica
contra aquellos gobiernos que se dicen democráticos y que actúan como cómplices
de los regímenes totalitarios (completos y en desarrollo) que hoy tenemos.
La transformación
democrática en América Latina y el perfeccionamiento de la que existe en
Estados Unidos y Canadá vendrá de la mano de sus respectivos pueblos , del
desarrollo de nuestra conciencia cívica, de nuestra intolerancia hacia los
sistemas y propuestas totalitarias, y de que actuémos con una responsabilidad y
solidaridad interamericana a favor de la
inclusión social, las libertades individuales y colectivas y de igualdad para
todos los que vivimos en las Américas.
Ivan Cesar
Martinez
Excelente y claro tu blog Iván. Llena un gran espacio vacío hasta ahora y sobre todo alumbra. Bienvenido y felicidades.
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