OBJETIVOS DEL BLOG LA NACION CUBANA

El objetivo de este blog es servir como un foro de abierta y libre discusión de mi parte, la de mis amigos, colaboradores y de todos los cubanos y descendientes de cubanos, de dentro y de fuera de Cuba que estamos interesados en ayudar a completar el Proyecto de Nación que todavía es nuestra querida patria.

Asimismo invitamos a colaborar con ideas, sugerencias, análisis y teorías críticas, sociológicas, jurídicas, politícas, culturales y filosóficas, a todas aquellas personas que sin ser cubanos aman profundamente la libertad humana, la igualdad, la equidad, la tolerancia, el respeto a la dignidad y la condición humana, las libertades civiles, y están en contra de todo tipo de hegemonismos y supremacías políticas, económicas, raciales, culturales, religiosas o de género.

Cuba busca desesperadamente 133 años después de Baraguá, caminando ya el segundo decenio del nuevo siglo 21, alcanzar el sentido y contenido de nación que comenzó Antonio Maceo en su gigantesca protesta de cubanía y luego desarrollara José Martí. Ambos querían una Cuba racialmente integrada y hermanada, una Cuba "con todos y para el bien de todos", una sociedad de libertades humanas, de tolerancia y respeto entre los cubanos, una Cuba sin hegemonías que fuera no sólo democrática, sino también incluyente y llena de equidad.

La idea Maceista y Martiana de Nación, en la que hubiera una distribución de la riqueza nacional racionalmente distribuida, en donde todos los cubanos pudieran acceder a la propiedad, sin distingos de raza, color o clase social, y en donde desapareciera la intolerancia y los grupos privilegiados con poder político permanente y control económico eterno, sigue siendo un Proyecto, un gran Sueño, un Reto a alcanzar.

Tanto Martí como Maceo eran anti-hegemonistas, anti-totalitarios, ambos eran liberales radicales, humanistas de primerísimo orden y amantes de la justicia social a todo trance como lo demuestran sus vidas, y digo demuestran, pues parece que siguen viviendo entre nosotros.

El Proyecto de Nación iniciado en Baraguá (1878) se malogró en 1898, lo hicieron trizas en 1912, renació en 1933 para languidecer entre 1944-52 y fenecer en 1952.

Ese proyecto cobró nuevas y renovadas esperanzas en 1959 para irse defuminando poco a poco hasta morir sin remedio en 1980.

Les damos hermanos la bienvenida y ojalá se cumplan nuestros objetivos y propósitos a la mayor brevedad posible.



jueves, 10 de octubre de 2013


UNA PELIGROSA OLA POPULISTA-TOTALITARIA NOS AMENAZA

    Un FANTASMA que parecía agotado, desprestigiado, moribundo y sin perspectivas de ganar adeptos , recorre impunemente nuestro continente, es decir, el hemisferio de las Américas, sin que aún haya tenido una respuesta valedera de nuestra parte, una acción que envíe a este FANTASMA definitivamente a su tumba. Este FANTASMA se llama TOTALITARISMO y comenzó en el Caribe y se extendió hacia el Sur y ahora, incluso, amenaza muy seriamente de penetrar el NORTE, el cual creíamos firmemente democrático.

    Este FANTASMA se sabe metamorfosear muy bien, cambia de colores como el camaleón, sabe jugar con nuestras debilidades y atacar nuestras partes más vulnerables. Aunque es muy violento y fiero, se hace pasar por cándido, inocente y amoroso.

     Por estas razones este trabajo pretende ser una alerta Interamericana, que  desde un análisis de la historia,  la sociologia y la politica continental, descubramos el  serio  peligro actual al  que estamos enfrentados como individuos, grupos , clases sociales y como naciones que aspiramos a una existencia plena, en todos los sentidos probables y deseables, de nuestra condición humana.

  Sabemos que la via totalitaria permite, y asi lo ha demostrado la historia política universal, se ha nutrido de  personas narcisistas, ambiciosas, inescrupulosas  y amantes de tener poder absoluto  sobre  las personas y las cosas, personas que han accedido al poder absoluto y  de por vida, en contubernio con una  casta military, corrupta y sin principios,  afín a los intereses de hegemonía absoluta del grupo ideológico totalitario o de aspirantes a totalitarios.

 

                                La herencia colonial y el Totalitarismo

El desastroso  legado politico, social, económico y estructural  que nos dejara el  colonialismo  medieval e inquisidor que lideraran España y Portugal, en las tierras de América, no ha podido ser superado con el paso del tiempo, pese algunos avances, que a sangre y fuego, se han producido en algunos lugares de America Latina.

El colonialismo de los imperios ibéricos nos inculcó el autoritarismo, el militarismo, la exclusión social, el dogmatismo, la intolerancia,la  ideologia de supremacia racial, la veneración a  los déspotas oligárquicos, el aceptar con reverencias y agradecimiento las migajas provenientes de quiénes niegan nuestros derechos como personas y aplastan nuestras vidas, mientras se dedican demagogicamente a utilizar un discurso “benevolente” y catequizador hacia los oprimidos, aunque la práctica cotidiana sea todo lo contrario, sólo pura retórica.

 Los ibéricos nos  convirtieron en pueblos  tolerantes con la anti-democracia  y los dictadores, los populistas autoritarios y hasta con los totalitarios y aspirantes a totalitarios .Todas estas razones coadyuvaron decisivamente a que nos fuera arrebatada nuestra condición humana, tanto la  individual como la de grupo, y nos convirtiéramos en “masa”, en las llamadas  “masas populares” leáse como masas de indios aborígenes, masas de afrolatinos (negros y mulatos), masas de mestizos, masas de trabajadores, etc

América Latina  pudiera tener el Premio Internacional en tener más dictadores y hombres fuertes en el poder que ningún otro continente. Decenas y decenas de dictadores militares y” civiles”categorizados como “hombres fuertes” con poderes omnímodos o cuasi omnímodos,nos han impuesto sus dictados personales auto vendiénsose como Salvadores de la Patria y la Nación.  Lideres populistas, semipopulistas, puramente militares y socialistas, así como otros muchos muy dificiles de encajar entre la civilidad y la dictadura.

 Hasta la mayoria de los venerados próceres de la independencia contra las potencias ibéricas, (España y Portugal) se autoproclamaban caudillos, es decir, dictadores, ellos simplemente actuaban, pensaban , gobernaban y seguían los mismos patrones oligárquicos, plutocráticos, social exclusionista y racial supremacista, tal como lo habían hecho como  antiguos funcionarios de las monarquías coloniales a las que ellos habían combatido.

    El propio Simón Bolívar, el primer Caudillo o Dictador de América Latina, abiertamente confesó, sin ningún pudor,  que la democracia no encajaba para las masas de hispanoamérica, y que esta región del mundo, no estaba preparada para la democracia (en referencia a los Estados Unidos de entonces, que no eran, por cierto, un ejemplo de verdadera democracia. Y subrayó “El Libertador”, que ha Cuba había  que dejarla bajo el colonialismo español, y no ayudarla en sus esfuerzos de independencia, pues podía convertirse en otra Haití, algo que Bolivar no deseaba, por su abierta y enajenada adhesión a la ideologia racista de supremacia racial y sus profundos prejuicios e ideología anti-democráticas.

                                     

                                      El Totalitarismo y sus manifestaciones principales    

Vale decir que el Totalitarismo es un sistema, un todo, una unicidad, que no puede ser separada de su esencia. Es por ello que no existe Totalitarismo bueno, Totalitarismo malo, Totalitarismo religioso, Totalitarismo de derecha o Totalitarismo de izquierda. El sistema totalitario desde todos los puntos de vista se manifiesta siempre de forma similar. Una estructura social es Totalitaria o simplemente no lo es. Las diferencias son casuísticas y de énfasis dentro del discurso del Poder Totalitario.

Lo que hace visible al Totalitarismo es su ideología sectaria, intolerante y violenta. Algo así como que el que no está conmigo está contra mi y todo el mundo tiene que estar conmigo porque yo soy el portador de una verdad mística. El Estado ejerce todo el poder, el económico, el político, el social, el cultural, el jurídico, el ideológico sin ningún parámetro restrictivo y sin ninguna división, la única diferencia con los regímenes autocráticos y de monarquía absoluta, es que los sistemas totalitarios están dirigidos por un partido político que siendo único o no, se comporta como el dueño de la sociedad en su conjunto.

Los sistemas totalitarios como norma, exaltan la figura de uno o varios individuos ,casi siempre uno sólo. Quien posee facultades y poderes ilimitados e incuestionados que alcanzan a toda la sociedad hasta en los más mínimos detalles y obligan a todo el pueblo, la masa amorfa, a cumplir los designios de este superlíder a quien se le atribuyen dotes naturales excepcionales casi comparadas a la de un Extraterrestre o de un enviado del Cielo.

Otra de las características es la intensa propaganda estatal a través de todos los medios de difusión controlados por el gobierno. De esa suerte, la radio, el cine, la televisión, la prensa escrita, las vallas anunciadoras, el teatro, la danza, la música, la enseñanza a todos los niveles, en fin, todo que supeditado, controlado y moldeado por el Estado absolutista totalitario. Junto a esta intensa propaganda se le une un estricto y policíaco control de la sociedad a través de las organizaciones populares adictas al régimen que son creadas para intimidar a toda la población y la estatización totalitaria que se hace de los sindicatos, las organizaciones femeninas, las organizaciones estudiantiles y juveniles, los gremios de artistas, intelectuales, periodistas y profesionales de cualquier rama.

El Totalitarismo no es una forma de gobierno sino una estructura de poder piramidal no democrática contraria a la libertad y el reconomiento individual de las personas , contraria a los internacionalmente reconocidos derechos humanos. Este desconocimiento a la persona humana, sus derechos y dignidad convierte al individuo en siervo de los caprichos, designios, arbitrariedades o sueños y deseos personales del Gran Líder y su grupo de íntimos.

Para el Totalitarismo, la Supremacía del Estado por sobre todas las cosas, no es más que la supremacía  y del líder por sobre todas las cosas. El líder deviene en Soberano y la soberanía del país viene ligada a las decisiones del Soberano en Jefe, Generalísimo, Gran Timonel, Guia, o cualquier otro sobrenombre espectacular que le den al gran jefe totalitario.

El absolutismo totalitarista propaga una ideología antipersona, en tanto en cuanto, supone la negación del individuo y su libre albedrío como ser humano, como ente único en la tierra, como miembro de una familia y un grupo familiar y social en donde se hizo posible su existencia. El Totalitarismo es antipersona al considerar al individuo un instrumento del Estado que debe cumplir las funciones sociales que le dicta el Estado. Esa persona convertida en masa no puede ser objetivamente un ser con intereses propios, ideas propias, sueños propios, metas e ilusiones propias.

Esta total subordinación del individuo al Estado, hecha de forma forzada y bajo el temor a ser reprimido, sea este abierto o encubierto, le permite al Soberano y al Estado ejercer un control total de cada cosa que ocurre en el país, y sobre todo, el mantener a la sociedad en un completo estado de enajenación, dualidad moral, resistencia pasiva y  en la mayoría de los casos, vivir sometidos a una triste conformidad depauperante.

Los sistemas totalitarios no se cansan de venderse como democracias de otro tipo, democracias de contenido social y de democracias para los pobres. Parecen no recordar o simplemente olvidar que Hitler, Stalin, PolPot, Kim Il Sung, Herber Hoxa, Mao Tse Tung, Trujillo, Franco, Pinochet, Ceaucescu, Mobutu, Stroessner y otros muchos totalitarios han tenido similares discursos y han expresado ese gran odio hacia la igualdad y las libertades políticas que hoy siguen teniendo los actuales y aspirantes a sistemas totalitarios.

Los totalitarios se compararan vehementemente con las democracias liberales, a las que les  critican todos los fallos que puedan tener esos sistemas, pero ningún Estado totalitario ha logrado desarrollar económica, social, cultural, educacional ,humana y jurídicamente a sus pueblos, como lo han logrado países  democráticos liberales como Suecia, Canadá, Japón, Australia, Noruega, Suiza, Corea del Sur o Nueva Zelanda, Bélgica, Holanda, por sólo mencionar algunos países. Ni tampoco las potencias  económicamente más desarrolladas de las  sociedades totalitarias, han podido, ni soñando,  darle a sus pueblos el bienestar social y armonía humana integral que han alcanzado esos pueblos que he mencionado.

La arbitrariedad jurídica es parte esencial de los países con sistemas totalitarios. Esos países tienden a tener muchas leyes controladoras, incluso leyes que jamás se cumplen o que nadie conoce, pero lo más importante es que no existe el Derecho.  Las hegemonías totalitarias tienen una peculiar concepción del Derecho, pues para ellos sólo vale y cuenta lo que el Estado le otorga, le da, a las personas. Eso quiere decir que los individuos carecen de derechos y que no tienen otro que no sea el que les otorga el Estado benefactor totalitario.

Los individuos, en la práctica no poseen mecanismo alguno para increpar, demandar, exigir, criticar o simplemente presionar al Estado, pues ese mismo Estado controla todo. Las leyes, los tribunales, los jueces, los fiscales, los abogados, las instituciones que se pudieran demandar o exigirle algo, controla el Parlamento, los parlamentarios, en fin, el individuo, convertido en masa, carece de derechos y mecanismos legales. Incluso las personas al no tener derechos tienen que resignarse a sufrir leyes que las normas jurídicas internacionales han prohibido, tanto en materia penal como laboral.

Por lo antes dicho se ve a simple vista que en los estados totalitarios el individuo está completamente a merced del Estado represivo y de los intereses del Gran Jefe y los miembros de su circuito cerrado. Estos estados por tanto, carecen de todo tipo de transparencia, todo se convierte en Secreto de Estado, hasta lo más mínimo, y todo siempre parece amenazar la solidez de la estructura totalitaria. Por esa razón el sostén de las estructuras totalitarias son el ejército, la policía, los cuerpos represivos especiales de la policía política así como las organizaciones partidistas que crean para encubrir crímenes, coerciones y asaltos físicos  contra  los ciudadanos que ellos consideran pueden desestabilizar su orden totalitario.

Otra característica de la legalidad totalitaria es la impunidad con que el Estado realiza cualquier barbaridad contra las masas, sobre todo, aquellos reputados de opositores. Las leyes son crueles, excesivas y se aplican casuísticamente. Un mismo hecho que puede conducir a la pena de muerte de alguien, aunque fuere un hecho insignificante, para otros, ese mismo hecho,  puede ser considerado prácticamente nada o hasta ser convertido en un chiste.

Esta impunidad y arbitrariedad legal es posible debido a la no existencia de Derecho en los estados totalitarios y la forma en que la estructura del sistema se comporta.

Otra forma de dominar y controlar a los pueblos bajo su férula, los estados totalitarios en lugar de crear libertades cívicas y una legalidad transparente, propician el libertinaje. Esta fórmula libertina  busca la enajenación , el conformismo y la resignación entre el pueblo. Este libertinaje  propiciado por el Estado tiene como objetivo el fomentar la confusión social a través de un falso concepto de libertad.

El libertinaje totalitario es una especie de Circo Romano  el cual fomenta la vulgaridad, el irrespeto entre los habitantes, el sexismo más absolute e incontrolado, la tolerancia a todo  tipo de vicios, la falta de valores humanos , el desprecio hacia las religiones bajo una apariencia de tolerarlas, la envidia, la delación  y echar a pelear a las personas por cosas tan básicas como un plato de comida. Este libertinaje convierte  o  en bestias a los seguidores del regimen a quienes se les estimula a ganar méritos politicos  abusando físicamente o contemplando sin alterarse, el abuso represivo y sangriento contra opositores,disidentes o personas que expresan un pensamiento crítico sobre el sistema.   

La experiencia histórica ha demostrado que el Totalitarismo produce inseguridad ciudadana , domesticación social, vulnerabilidad poblacional, mutilación cívica, violencia social desmedida, arbitrariedad jurídica, temor permanente en la sociedad, dualidad moral, falta de iniciativa dentro de la gente, conformidad escapista, militarización obligada de las masas, fractura de la razón y en la manera de percibir y descifrar la vida y los acontecimientos sociales.

Otras esferas de dominio totalitario son la prensa, cultura, el deporte y la intelectualidad. Estas áreas son pura fachadas. La prensa sólo puede repetir el pensamiento oficial y criticar o señalar lo que el Partido gobernante decide que puede o se debe hacer. Lo mismo pasa con escritores, dramaturgos, ensayistas, historiadores, músicos y coreógrafos. Sus obras tienen que estar dentro del sistema totalitario, abrazando las ideas míticas y místicas de los salvadores de la Patria, es decir, el Supremo líder, en primer lugar  y su círculo de íntimos quiénes repiten y vociferan las ideas y pensamientos del Supremo líder.

En los deportes, las facultades físicas y talentos de los hombres y mujeres que se destacan por sus condiciones y sacrificios diarios, son completamente secuestrados por el Estado, que utiliza a estos atletas como gladiadores del Circo Romano. Ellos son parte y las mayores víctimas de una política que les niega su individualidad como atletas y los convierte en agradecidos del sistema por ser lo que son. No son sus facultades personales y sacrificios los que lo hacen a ellos grandes, sino la benevolencia del Estado totalitario que les permitió ser deportistas. Por tanto la gloria es del Estado nunca del atleta.

Los deportistas como los músicos son los principales vehículos y  protagonistas de la política totalitaria de libertinaje y circo para las masas. Esta política está concebida y calculada para sumir a las masas ya alienadas en un permanente círculo de falta de aspiraciones políticas, económicas, sociales y libertarias, consumiendo su tiempo de vida  en actividades libertinas, bailando y observando a los atletas en sus diferentes competiciones.

Debemos evitar la expansión del Totalitarismo proveniente del Caribe y Suramérica , haciendo un frente común contra este mal que vienen  utilizan demagogos ambiciosos, inescrupulosos y deseosos de poder ilimitado y de por vida.

 Debemos también mirar con cuidado y estar muy  atentos a las acciones ultraderechistas , nacionalistas y en extremo conservadoras, del grupo denominado Tea Party, quiénes de forma anti histórica, anti constitucional, irresponsable y anti democrática, pretenden imponer por la fuerza, dentro del Congreso de los Estado Unidos sus criterios políticos, económicos, sociales e ideológicos, aunque el pueblo norteamericano no los haya elegido  para dirigir el gobierno de la nación.No afirmo que el Tea Party sea totalitario, pero sí me preocupan sus acciones presentes y lo que pueda en un futuro ocurrir con un grupo político con semejantes métodos.

Podemos identificar las relaciones internacionales de los países totalitarios con relativa facilidad, ellos establecen firmes alianzas y compromisos políticos con aquellos países gobernados por camarillas antidemocráticas, dictatoriales o semi dictatoriales, sean estas de sectarismo religioso , completamente barbáricas o simplemente antioccidentales o antinorteamericanas. Al mismo tiempo desarrollan vínculos muy oscuros con organizaciones que pudieran ser calificadas como terroristas, con otras  de sucio y violento comportamiento y también con grupos y organizaciones simplemente aliadas al narcotráfico. Algunos estados totalitarios están a punto de ser reputados internacionalmente como narco estados.

Ojalá que esta ola totalitaria, que  este Fantasma que recorre América Latina , que naciera en Cuba hace 54 años y que sacude hoy a Venezuela de forma dramática, ridícula y absurda al mismo tiempo no continúe con su expansión sino que vaya a su autodestrucción. Desgraciadamente el Fantasma  todavía hoy respira en Bolivia, Ecuador y Nicaragua. Una de las cosas que debemos estimular es la crítica contra aquellos gobiernos que se dicen democráticos y que actúan como cómplices de los regímenes totalitarios (completos y en desarrollo) que hoy tenemos.

La transformación democrática en América Latina y el perfeccionamiento de la que existe en Estados Unidos y Canadá vendrá de la mano de sus respectivos pueblos , del desarrollo de nuestra conciencia cívica, de nuestra intolerancia hacia los sistemas y propuestas totalitarias, y de que actuémos con una responsabilidad y solidaridad  interamericana a favor de la inclusión social, las libertades individuales y colectivas y de igualdad para todos los que vivimos en las Américas.

 

Ivan Cesar Martinez

 

 

 

     

1 comentario:

  1. Excelente y claro tu blog Iván. Llena un gran espacio vacío hasta ahora y sobre todo alumbra. Bienvenido y felicidades.

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